Tierra del Fuego mantiene tasas de suicidio más altas que la media del país
Los últimos datos oficiales vuelven a encender una señal de alerta en Tierra del Fuego. El informe anual elaborado por el Instituto Provincial de Análisis e Investigación, Estadística y Censos (IPIEC), que analiza los suicidios consumados entre 2017 y 2024, confirma que la provincia mantiene de forma sostenida tasas más elevadas que el promedio nacional.
Durante 2024 se registraron 19 muertes por suicidio en el territorio fueguino. Esa cifra se traduce en una tasa de 10,5 cada 100.000 habitantes, superior a la media nacional, que en el mismo período se ubicó en 9,2. Aunque el número provincial resulta levemente menor al observado en 2022 y 2023, no alcanza a revertir una tendencia que se repite año tras año. La única interrupción significativa se produjo en 2020, un contexto excepcional marcado por la pandemia.
El suicidio volvió a posicionarse como la principal causa de muerte violenta en la provincia. En 2024 explicó más del 73% de los fallecimientos de este tipo, muy por encima de los siniestros viales y los homicidios, que representaron proporciones considerablemente menores.
Al observar la distribución geográfica, Río Grande concentró la mayor cantidad de casos, con diez hechos registrados, seguida por Ushuaia con siete y Tolhuin con dos. Sin embargo, el informe advierte que, al analizar las tasas, Tolhuin presenta nuevamente valores alarmantes debido a su baja población, una situación que se repite desde hace varios años y que expone la fragilidad estadística del departamento.
El perfil de las víctimas no presenta cambios significativos respecto de períodos anteriores. La gran mayoría fueron varones, que representaron el 84,2% de los casos, y cuatro de cada diez personas tenían entre 18 y 29 años. Si bien en 2022 el grupo etario de 30 a 44 años había superado a los más jóvenes, esa variación no se sostuvo en el tiempo.
En cuanto a las características de los hechos, casi tres cuartas partes ocurrieron en domicilios particulares, un dato que refuerza la dificultad de detectar e intervenir de manera temprana. La ahorcadura continúa siendo el método más frecuente, en línea con lo que sucede tanto a nivel nacional como internacional.
Uno de los aspectos más llamativos del último año fue la distribución temporal. El 68,4% de los suicidios de 2024 se concentró en el primer trimestre, entre enero y marzo, un comportamiento atípico que no aparece explicado en el documento. En la serie histórica completa tampoco se identifican patrones estacionales claros.
Si bien el informe del IPIEC ofrece un panorama estadístico exhaustivo, vuelve a quedar limitado al análisis cuantitativo. No se incorporan cruces con variables socioeconómicas, de salud mental, acceso a servicios o impacto de políticas públicas, ni se profundiza en posibles factores de riesgo emergentes. Esa ausencia de interpretación cualitativa es una constante en los reportes y dificulta una comprensión integral del fenómeno.
Los informes previos permiten reconstruir una tendencia que se mantiene prácticamente sin cambios desde 2017. En la mayoría de los años, la provincia registró entre 20 y 23 suicidios anuales, con una marcada sobremortalidad masculina y una fuerte incidencia en población joven. Más allá de las fluctuaciones, los datos refuerzan la idea de que se trata de un problema estructural, cuya persistencia sigue interpelando a las políticas públicas, a los sistemas de salud y al entramado social fueguino.
