Tierra del Fuego lidera el ranking de deudas con tarjetas de crédito en Argentina
El endeudamiento con tarjetas de crédito en Argentina ha experimentado un crecimiento real del 55% en el último año, según datos del Banco Central correspondientes a julio de 2025. En ese mes, más de 11,5 millones de argentinos tenían deudas con tarjetas, lo que representa casi un cuarto de la población nacional.
Entre las provincias con mayor deuda promedio por habitante destacan Ciudad de Buenos Aires, Tierra del Fuego y Santa Cruz. En la capital, la deuda media asciende a 1.257.000 pesos por persona, mientras que en Tierra del Fuego es de 1.095.053 pesos y en Santa Cruz de 748.000 pesos. En el extremo opuesto, provincias como La Rioja, Formosa y Chaco registran las menores cifras, con deudas promedio inferiores a los 200.000 pesos por habitante.
La mayoría de los deudores, un 91,2%, mantienen atrasos de hasta 30 días en sus pagos, aunque también hay 113.359 personas con retrasos superiores a un año. La politóloga Mara Pegoraro, coordinadora del Centro de Estudios para la Recuperación Argentina, señala que el aumento en los servicios públicos —como luz, gas y agua— obliga a muchas familias a priorizar esos pagos, dejando las compras básicas para ser financiadas con tarjeta.
“Las tarjetas de crédito se están usando para cubrir gastos cotidianos, como alimentos, porque los salarios no alcanzan para todo. Esto genera que mucha gente pague solo el mínimo y acumule deuda mes a mes”, explicó Pegoraro.
Por su parte, el economista Amílcar Collante advierte que aunque el crédito es una herramienta común en economías desarrolladas, el problema surge cuando los intereses superan la evolución salarial. Actualmente, cerca del 20% de los ingresos familiares se destina al pago de deudas, incluyendo tarjetas y otros créditos.
Este contexto económico, sumado a tasas elevadas y una inflación que aún impacta, dificulta la regularidad en los pagos y genera un panorama incierto para el consumo y la recuperación económica. Pegoraro resalta que no se observan señales claras de mejora en el poder adquisitivo ni en sectores clave como la industria y la construcción, por lo que muchas familias dependen cada vez más del endeudamiento para afrontar sus gastos diarios.