Río Grande

Sueño Fueguino oficializó recorte de personal en medio de bloqueo exportador y conflicto judicial

La empresa textil Sueño Fueguino confirmó un recorte de personal que afectará a unos 30 trabajadores temporarios y entre cuatro y cinco operarios efectivos. La medida se oficializará este martes mediante telegramas, según informó el abogado de la firma, Raúl Paderne, en diálogo con AIRE LIBRE FM.

El letrado calificó el escenario como “asfixiante” y atribuyó el freno exportador a “acciones de hecho” que, asegura, estarían impulsadas por el subsecretario de Gestión Productiva de la Nación, Javier Cardini. Paderne denunció presiones sobre la Aduana y autoridades provinciales para impedir las salidas al exterior, pese a que la empresa opera bajo una medida cautelar aún discutida judicialmente. Tras el revés en la Cámara Federal, la firma presentó un recurso extraordinario federal y un planteo “in extremis” de revisión. Según Paderne, mientras esos recursos están en trámite y la resolución no está firme, la cautelar “sigue viva”. En ese marco, cuestionó lo que considera una “aplicación intempestiva e ilegal” de decisiones administrativas que exceden los tiempos judiciales.

El abogado trazó un panorama sombrío para el resto del sector industrial en la isla. Recordó el cierre de Cordonsed y advirtió que otras plantas enfrentan dificultades similares, independientemente de su adhesión al régimen. “Es un ataque frontal al subrégimen 19.640 y a décadas de trabajo”, afirmó.

Paderne patrocina varios litigios contra modificaciones del régimen vía decretos del Poder Ejecutivo, por considerar caducadas las facultades delegadas desde 2010. Anticipó que los expedientes escalarán hasta la Corte Suprema, aunque admitió el riesgo de que “los fallos lleguen cuando ya no haya fábricas en pie ni empleo que proteger”. El abogado evitó encuadrar el conflicto en términos partidarios y señaló que las restricciones comenzaron en la gestión anterior y continúan con la actual. “Cambian los gobiernos, pero la arbitrariedad persiste”, planteó.

Sobre el impacto social, fue contundente: “Para algunos, 170 puestos son una estadística; para nosotros son 170 hogares que dependen de la planta”. Y concluyó: “El recorte en textiles es notorio y extremadamente preocupante”.

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