Récord histórico: contabilizan más de 2.100 ballenas francas en el litoral patagónico
Científicos del Centro para el Estudio de los Sistemas Marinos (CESIMAR-CONICET), con sede en Puerto Madryn, realizaron el primer censo aéreo de la temporada y registraron 2.110 ejemplares de ballena franca austral (Eubalaena australis), incluyendo 826 crías. El relevamiento, realizado el 19 de agosto, constituye el mayor conteo desde el inicio de las campañas de monitoreo en 1999 y establece un nuevo parámetro poblacional para la especie en el litoral patagónico.
El operativo científico
La tarea fue llevada a cabo a bordo de una aeronave del Aeroclub de Puerto Madryn, con un equipo integrado por becarios del CESIMAR y el piloto Pedro Domínguez. El recorrido incluyó desde El Doradillo hasta la zona externa de Península Valdés y el Golfo San Matías al norte, las áreas de mayor concentración de cetáceos.
Los investigadores contabilizaron distintos tipos de agrupamientos: 826 madres con sus crías, 381 individuos solitarios y 77 ejemplares reunidos en conglomerados reproductivos. El patrón espacial mostró una fuerte preferencia por los golfos, aunque se prevé una expansión hacia San Antonio Oeste y el Golfo San Jorge en las próximas semanas.
Monitoreo de largo plazo
El censo forma parte de una serie de monitoreos sistemáticos iniciados en 1999 y sostenidos por el financiamiento de la Cámara de Empresas de Avistaje de Ballenas y Fauna Marina (CAPEA). La campaña contempla al menos dos vuelos adicionales hasta noviembre, que permitirán comparar la evolución de la distribución de estos mamíferos marinos durante su estadía en aguas costeras.
Este seguimiento continuo ha permitido identificar tendencias poblacionales y cambios en las rutas de concentración de la especie, al tiempo que aporta datos para el análisis de procesos ecosistémicos de largo plazo, en un contexto en el que varias especies históricamente explotadas muestran signos de recuperación.
La ballena franca austral
La especie, que concentra un tercio de su población mundial en las aguas de Península Valdés, se distingue por su cuerpo oscuro, la ausencia de aleta dorsal y las callosidades claras en la cabeza, que funcionan como huellas dactilares. Los machos alcanzan entre 13 y 15 metros de largo, las hembras hasta 16 metros y su peso supera las 40 toneladas.
Con una esperanza de vida de 50 a 100 años, se reproducen cada tres o cuatro años y utilizan las aguas del litoral patagónico como uno de los sitios más relevantes de reproducción a nivel global.
Un récord que confirma la recuperación
La cifra récord de 2.110 ejemplares marca un hito en más de dos décadas de monitoreo sistemático y confirma la recuperación poblacional de una especie que fue diezmada por la explotación ballenera durante siglos. Con el seguimiento científico y las políticas de protección vigentes, el litoral patagónico se consolida como uno de los escenarios clave para la conservación de la ballena franca austral en el hemisferio sur.