
¿Qué es un swap y cómo impacta en la economía argentina?
El secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Scott Bessent, confirmó que se negocia un swap de monedas por 20 mil millones de dólares con la Argentina, con el objetivo de fortalecer las reservas del Banco Central y garantizar el pago de deuda. La noticia llega en un contexto de tensiones cambiarias y con antecedentes de acuerdos similares entre Argentina y China desde 2009.
¿Qué es un swap?
Un swap de monedas es un acuerdo financiero mediante el cual dos bancos centrales, gobiernos o empresas se comprometen a intercambiar divisas por un tiempo determinado. A diferencia de un préstamo tradicional, no se trata de un desembolso unilateral, sino de un intercambio temporal de monedas que se devuelve con intereses al finalizar el plazo.
En términos prácticos, este mecanismo engrosa las reservas brutas del Banco Central, aportando confianza en el corto plazo. Sin embargo, no siempre impacta en las reservas netas —las divisas disponibles para intervenir en el mercado cambiario o cancelar deuda—, lo que limita su uso directo frente a corridas cambiarias.
El antecedente con China
El primer swap con China se firmó en 2009 bajo el Gobierno de Cristina Kirchner y fue renovado en gestiones posteriores de Mauricio Macri, Alberto Fernández y Javier Milei. En 2023, el entonces presidente Fernández anunció una ampliación de 6.500 millones de dólares, aunque los pagos fueron reprogramados para comenzar recién en 2026.
Apoyo de Washington y presiones geopolíticas
La negociación con Estados Unidos se da en medio de presiones para que la Argentina reduzca su dependencia del swap con China. Funcionarios norteamericanos, como Mauricio Claver Carone, han calificado ese acuerdo como “extorsivo” y buscan que no se prolongue en paralelo con programas del Fondo Monetario Internacional.
Impacto en el país
El swap con Estados Unidos fue leído como una señal positiva por los mercados: desde su anuncio, cayó el riesgo país, bajaron los dólares financieros y oficiales, y subieron acciones y bonos. Además, podría facilitar operaciones bilaterales sin pasar por el dólar y cubrir faltantes de divisas claves para la economía local.
No obstante, especialistas advierten que también implica riesgos: compromete pagos futuros con intereses, genera condicionamientos políticos y no resuelve el problema estructural de la falta de dólares genuinos a través de exportaciones.