Preocupación entre comerciantes de Río Grande por la caída del consumo y el impacto de los costos financieros
A pesar del complejo panorama económico, referentes del sector comercial de Río Grande consideran que la reciente temporada fue menos desfavorable de lo que se esperaba. Según evaluó un dirigente local, «las proyecciones eran muy negativas, pero finalmente la situación no resultó tan crítica como se temía».
Entre los principales factores que afectan al sector, mencionó el aumento de la morosidad y la suba sostenida de las tasas de interés, lo que afecta directamente al consumo en productos como electrodomésticos o servicios familiares como viajes. “El financiamiento se ha vuelto muy costoso y eso desincentiva las compras a mediano y largo plazo”, afirmó.
Por otro lado, el representante subrayó la importancia de la responsabilidad empresaria en un contexto tan delicado. “Los comercios deben ser rentables para poder sostener el empleo y cumplir con las obligaciones normativas. No se puede vender algo prometiendo durabilidad si después no hay respaldo o garantía”, enfatizó.
El análisis también abordó los cambios en los hábitos de consumo. El aumento en la venta de alimentos contrasta con la reducción en la compra de carne, lo que según explicó el dirigente, refleja las nuevas prioridades de las familias. “La única verdad está en lo que efectivamente se consume y en cuánto cuesta ese producto”, sostuvo.
Otro aspecto que influye en la estructura de precios es la logística. “Transportar colchones no es igual que llevar tornillos. Hay múltiples factores que influyen: el tipo de producto, la modalidad de compra, el tiempo de entrega y las condiciones del mercado”, explicó.
Finalmente, advirtió sobre el impacto de la carga impositiva y los costos de financiación con tarjetas de crédito. “Las tasas se dispararon y eso repercute directamente en la venta. Lo que antes se pagaba en cuotas razonables, ahora tiene sobrecargos del 10% o más, lo que obliga a repensar el modelo de comercialización”, concluyó.
