Preocupación en el INTA por despidos, vaciamiento y paralización de actividades
El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) atraviesa una profunda crisis institucional y operativa, denunciaron desde la Asociación Trabajadores del Estado (ATE). La falta de presupuesto, el cierre de programas clave y la pérdida de personal han dejado al organismo prácticamente inactivo en todo el país.
Sebastián Fajardo, delegado de ATE en INTA, explicó en declaraciones radiales que el deterioro se profundizó con la actual gestión nacional. “La institución está completamente paralizada. No hay recursos ni siquiera para comprar combustible. Hoy estamos en asamblea nacional para definir cómo continuar”, aseguró.
Uno de los aspectos más graves, según señaló, es la reducción de la planta de personal. “Muchos compañeros se han ido por los bajos salarios, otros fueron intimados a jubilarse, y varios más aceptaron retiros voluntarios. Perdimos un 10% de trabajadores solo el año pasado”, detalló.
Además, Fajardo apuntó directamente contra la actual conducción del INTA, liderada por Nicolás Bronzovich, a quien responsabilizó de acelerar el ajuste y el desguace del organismo. “Se cerraron programas fundamentales como Pro Huerta y Cambio Rural, que llevaban asistencia técnica y alimentos a comunidades vulnerables. El trabajo territorial está completamente frenado”, lamentó.
El dirigente sindical también denunció maniobras poco transparentes en el manejo de los despidos. Afirmó que el presidente del INTA intentó deslindarse de los listados de trabajadores «puestos a disponibilidad», pero que los documentos electrónicos demuestran que esas listas fueron generadas internamente desde su propia bandeja.
Finalmente, Fajardo hizo un llamado a la acción colectiva: “Tenemos que defender el INTA que supimos construir. La situación es crítica, pero no podemos permitir que esta institución, esencial para el desarrollo rural y la soberanía alimentaria, desaparezca”.
Las asambleas continúan realizándose en distintas regiones del país, mientras crece el malestar entre los trabajadores y se evalúan nuevas medidas para visibilizar el conflicto.