
La Cancillería rechazó operaciones de Navitas en Malvinas y reavivó la tensión con Londres
La Cancillería argentina emitió este viernes un duro comunicado en el que expresó “su más enérgico rechazo” a las actividades de la empresa israelí Navitas Petroleum LP en las Islas Malvinas, consideradas ilegales por desarrollarse en territorio argentino sin autorización de las autoridades nacionales.
El texto recordó que, de acuerdo con la Resolución 240/2022 de la Secretaría de Energía, Navitas fue declarada “clandestina” e inhabilitada por 20 años para operar en el país, en tanto desarrolla tareas de exploración y explotación en asociación con la británica Rockhopper Exploration en el proyecto Sea Lion, ubicado en la Cuenca Malvinas Norte.
Contexto diplomático
El pronunciamiento argentino llega en un momento sensible: en las próximas horas arribará a Buenos Aires el nuevo embajador británico, David Cairns, mientras sigue pendiente la designación de un representante argentino en Londres. El gesto también sorprendió porque la embajada argentina en Israel retuiteó el comunicado, aunque el mensaje está dirigido al Reino Unido y no al Estado israelí, dado que Navitas es una empresa privada.
El comunicado recordó las resoluciones de la Asamblea General de la ONU, en particular la 2065 (XX), que reconocen la existencia de una disputa de soberanía entre Argentina y el Reino Unido e instan a ambas partes a reanudar negociaciones. La Cancillería subrayó además que las licencias otorgadas unilateralmente por el gobierno isleño, así como los estudios de impacto ambiental o la contratación de proveedores, son “acciones ilegítimas e incompatibles” con lo dispuesto por Naciones Unidas.
Respuesta británica
Desde el Foreign Office, voceros reiteraron que “el Reino Unido apoya inequívocamente el derecho de los habitantes de las Islas Falkland a explotar sus recursos naturales en beneficio de su propia economía”. Agregaron que todas las actividades se realizan bajo legislación local y en conformidad con la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR), asegurando además que las empresas cumplen con estándares internacionales estrictos.
Larga disputa por el petróleo
El interés británico por extraer hidrocarburos en el Atlántico Sur se remonta a los años setenta. En los noventa, grandes petroleras exploraron la zona pero se retiraron por dificultades económicas; posteriormente, compañías más pequeñas retomaron la actividad en asociación con firmas extranjeras. Navitas, con mayoría accionaria en Sea Lion (65%), es la primera empresa israelí en involucrarse directamente en este frente.
El proyecto, estimado en 1.400 millones de dólares para su primera fase, fue postergado dos veces por problemas de financiamiento. Sin embargo, recientes anuncios indicarían que la compañía logró asegurar fondos para iniciar la explotación.
Malvinas en la agenda del Gobierno
El giro del Ejecutivo resulta llamativo por el perfil político de Javier Milei, quien en el pasado elogió a Margaret Thatcher, y por la alianza con Israel. Sin embargo, el canciller Gerardo Werthein mantuvo congelados los entendimientos que había firmado su antecesora con el Reino Unido y, según trascendió, prepara su primera reunión del Consejo Nacional de Malvinas a fines de septiembre.
El comunicado cierra reafirmando los “legítimos e imprescriptibles derechos de soberanía de la Argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes”, e insta a empresas y entidades a abstenerse de participar en actividades hidrocarburíferas en la zona en disputa.