Impulsan un proyecto de salmonicultura en tierra con inversión privada y controles ambientales en el norte fueguino
El empresario Sulko Romero presentó un proyecto de salmonicultura en tierra que se desarrollaría en la Estancia Violeta, basado en la cría de salmones en piletones terrestres con renovación permanente de agua y estrictos controles ambientales. La iniciativa prevé inversión privada, generación de empleo y producción tanto para exportación como para consumo local.

Según explicó Romero, el proyecto es el resultado de más de seis años de trabajo y fue consolidado junto al ingeniero Víctor Salgués. A diferencia de los esquemas tradicionales en jaulas marinas, la propuesta descarta el uso del océano debido a las condiciones de la zona norte fueguina, donde la marea se retira hasta dos kilómetros, encareciendo la operación. En su lugar, se plantea un sistema de estanques en tierra —tanques australianos— que permitiría un manejo más controlado del proceso productivo.
El diseño contempla tanques de 20 metros de diámetro y 3 metros de profundidad, con un volumen aproximado de 60 metros cúbicos de agua por unidad, y un sistema de recambio continuo que aprovecharía las mareas diarias sin necesidad de bombeo. En una primera etapa se prevé la construcción de tres o cuatro piletones, con la posibilidad de escalar el proyecto hasta 40 o 50 unidades en el predio disponible.
En términos productivos, los salmones alcanzarían un peso comercial de 4 a 4,5 kilos en un plazo estimado de ocho a nueve meses, permitiendo una operatoria continua una vez puesta en marcha la infraestructura. El principal costo operativo estaría dado por el alimento, que inicialmente se importaría desde el norte del país.
No obstante, el proyecto prevé cerrar el circuito productivo a partir del décimo mes, cuando los desechos de la faena serían derivados a Vitalcan, empresa que se encuentra en proceso de instalación en Río Grande, para la elaboración de alimento balanceado. Este esquema permitiría reducir costos, reutilizar subproductos y generar empleo adicional en la cadena de valor local.
La inversión estimada para poner en funcionamiento tres tanques, incluyendo una planta de tratamiento, ronda los 2,5 millones de dólares. Romero subrayó que el componente ambiental es central en el proyecto: el agua tratada sería devuelta al río en condiciones óptimas, mientras que los residuos orgánicos se reutilizarían como fertilizante para las pasturas del campo. El objetivo, aseguró, es evitar cualquier tipo de contaminación y prescindir del uso de antibióticos, priorizando la sanidad del agua y del pez.
De concretarse, la iniciativa podría convertirse en una nueva alternativa productiva para el norte de la provincia, con impacto en el empleo y la diversificación de la matriz económica, bajo un modelo de producción controlada y con estándares ambientales elevados.
