Fuerte reclamo de la ONG Reencontrándonos por el abandono estatal en el tratamiento de adicciones
Stella Lavenia, presidenta de la ONG Reencontrándonos, expuso con crudeza la situación crítica que atraviesa el abordaje de las adicciones en la provincia, denunciando la falta de acción del Estado y la ausencia de regulación sobre el funcionamiento de las obras sociales. Además, exigió que se trate con urgencia un proyecto de ley que garantice la continuidad institucional de su organización.
En diálogo con Radio Provincia, Lavenia expresó su preocupación ante la falta de respuestas efectivas por parte del Estado, señalando que muchas personas quedan sin atención adecuada porque las obras sociales eluden sus responsabilidades y los organismos públicos no exigen cumplimiento. “Hace 25 años que vemos cómo el Estado acepta pacientes de obras sociales sin cobrarles, mientras a nosotros nos niegan pagos por tratamientos”, afirmó.
Una de las situaciones que ejemplificó fue el caso de una importante obra social que, recientemente, derivó a un paciente para evaluación en Reencontrándonos y luego lo redirigió al CAAD, institución que no trabaja con adicciones. “Eso demuestra un desconocimiento total. Es como mandar a alguien a cualquier lado, sin criterio”, denunció.
Lavenia también remarcó que las becas estatales están destinadas exclusivamente a personas sin cobertura médica, lo que obliga a rechazar pacientes con obra social si esta no paga. “Una persona quedó sin tratamiento por eso. Es un abandono doloroso, y no debería suceder”, lamentó.
Más allá de las críticas puntuales, la referente subrayó la necesidad de avanzar en una legislación que institucionalice el trabajo de la organización: “Hace años presentamos un proyecto en la Legislatura. Todos los bloques lo tomaron, pero sigue en comisión. No podemos depender de funcionarios de turno. Reencontrándonos debe sostenerse más allá de las personas”.
Visiblemente afectada, también compartió el desgaste que implica sostener una labor de más de dos décadas sin garantías de continuidad. “Tengo 70 años, y esto no puede depender de mí. Necesitamos una ley para que esto siga existiendo, porque si cerramos, nadie va a tomar nuestra posta”, advirtió.
Finalmente, cuestionó el desvío del debate hacia temas superficiales: “El problema no es si se paga a la Clínica San Jorge o al CEMEP. El problema real es que el Estado no pone límites a las obras sociales. Como decía mi hijo, no es culpa del chancho, sino de quien le da de comer”.
