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El Gobierno replantea los subsidios: recorta la “Zona Fría” y acelera la quita en luz y gas

Mientras la producción energética muestra números récord, la política de ayudas cambiará de rumbo desde 2026. Así lo adelantó el secretario de Energía, Daniel González, en su exposición ante la Comisión de Presupuesto y Hacienda de Diputados.

El funcionario ubicó el eje del plan en una poda más veloz de los subsidios a la electricidad y al gas. La idea, explicó, es que las facturas reflejen una porción cada vez mayor del costo real del servicio según el ingreso de cada hogar.

Uno de los puntos más sensibles será la vuelta al esquema original de la “Zona Fría”. La tarifa diferenciada de gas quedará acotada a media docena de jurisdicciones: La Pampa, Neuquén, Chubut, Río Negro, Tierra del Fuego y localidades de Mendoza. En los hechos, se dejará sin efecto la ampliación aprobada en 2021 que había alcanzado a vastas áreas de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.

González no ahorró críticas a aquella extensión: la definió como “regresiva e injusta”. Señaló que hoy el 40% de los usuarios recibe rebajas de entre 30% y 50% “sin tope por consumo”, costo que se compensa con un recargo del 7,5% que paga el 60% restante. Y graficó el desbalance con una frase filosa: “Un jubilado de La Matanza termina subsidiando un departamento en Mar del Plata”.

¿Cómo quedará la segmentación?

  • Electricidad: los hogares de menores ingresos (N2) afrontarán el 43% del costo; los de ingresos medios (N3), el 67%; y los de mayores recursos (N1), el 100%.
  • Gas: los N2 pagarán el 29% del costo; los N3, el 41%; y los N1, el 68%.

“Es momento de que nos acostumbremos a pagar lo que valen los servicios”, remarcó el secretario al resumir la filosofía del programa.

En paralelo, el Gobierno celebra el envión productivo. Según González, Vaca Muerta atraviesa un pico histórico: en agosto la producción de petróleo llegó a 818.000 barriles diarios —el nivel más alto en 26 años— y el gas alcanzó los 157 millones de metros cúbicos por día. Con ese piso, anticipó que “el próximo invierno vamos a romper el récord histórico”.

El combo, en síntesis, supone un 2026 con menos subsidios, una “Zona Fría” más focalizada y un sector hidrocarburífero que, por volumen, promete apuntalar la oferta. La incógnita será cómo se procesará en los hogares el traslado gradual de costos mientras la producción sigue en ascenso.

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