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El Encendido del Árbol dejó una postal contundente: más de 130 puestos trabajaron en una sola noche y movieron hasta $115 millones en Río Grande

El tradicional Encendido del Árbol de Navidad, celebrado este domingo en el Parque de los 100 Años, volvió a convocar a miles de familias riograndenses en una jornada marcada por la música, las actividades culturales y el encuentro comunitario. Pero detrás de la celebración que inaugura el calendario festivo, el evento dejó expuesta una realidad que atraviesa a gran parte de la ciudad: para cientos de vecinos y vecinas, la fiesta también fue una necesidad económica.

Solo en el estacionamiento del parque se contabilizaron más de 30 carros gastronómicos, y en los alrededores del evento funcionaron unos 50 puestos fijos. A ellos se sumaron alrededor de 40 vendedores ambulantes, que vieron en la masiva concurrencia una oportunidad concreta para generar ingresos ante la falta de empleo formal o la insuficiencia de sus salarios.

El característico “a los chori… a los chori…” que se escuchaba entre la multitud fue más que un detalle pintoresco: reflejó la urgencia de muchas familias por sumar dinero en una noche clave. La postal fue clara y repetida: trabajadores informales, emprendedores, pequeños comercios y asociaciones comunitarias intentando sostener la economía del hogar en un contexto de fuerte caída del consumo.

Un movimiento económico sin precedentes

De acuerdo con un relevamiento preliminar realizado en el lugar, el Encendido del Árbol movilizó más de 130 unidades de trabajo entre puestos gastronómicos, heladerías móviles, cervecerías artesanales, stands de productos dulces, venta ambulante y organizaciones sociales.

Las cifras estimadas son reveladoras:

  • Puestos de mayor demanda: ingresos cercanos a $4 millones en una sola noche.
  • Emprendedores pequeños y vendedores ambulantes: recaudaciones entre $50.000 y $190.000, según consultas realizadas.
  • Movimiento económico total: entre $90 y $115 millones, en base a la rotación de ventas y el volumen de público presente.

Para muchos comerciantes y emprendedores, esta jornada representó una venta extraordinaria, difícil de alcanzar en el día a día. En varios casos, los ingresos del Encendido significaron un alivio inmediato para afrontar gastos del mes o reponer materiales para continuar trabajando.

Economía solidaria y organizaciones presentes

También hubo espacio para asociaciones que dependen del apoyo comunitario. Entre ellas, Amo a los Animales, que aprovechó la convocatoria para recaudar fondos mediante la venta de alimentos, visibilizar su labor y sostener sus campañas de cuidado animal.

Una fiesta que también fue una necesidad

La imagen final que dejó el Encendido del Árbol fue impactante: cientos de vecinos trabajando simultáneamente en un evento concebido para celebrar. Una postal que muestra la capacidad de organización, creatividad y resiliencia de la comunidad riograndense, pero que también habla de las dificultades económicas estructurales que hoy atraviesan amplios sectores de la ciudad.

Lejos de ser un dato menor, la magnitud del movimiento económico registrado demuestra que, para muchas familias, estas celebraciones no solo representan un momento de encuentro, sino una fuente esencial de ingreso en un año marcado por la incertidumbre y la pérdida de poder adquisitivo.

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