
De ensamblar televisores a producir semiconductores: el futuro industrial de Tierra del Fuego
La instalación de un megacentro de datos de OpenAI en la Patagonia, bajo el proyecto denominado Stargate Argentina, podría marcar un punto de inflexión en la historia industrial de Tierra del Fuego. La iniciativa, que prevé una inversión de hasta 25.000 millones de dólares, no solo busca consolidar la infraestructura necesaria para el avance de la inteligencia artificial en Sudamérica, sino también impulsar la fabricación local de componentes tecnológicos avanzados, entre ellos los semiconductores.
Un ecosistema industrial en evolución
Tierra del Fuego cuenta con una base industrial consolidada, desarrollada a lo largo de más de cuatro décadas gracias al subrégimen de promoción para la electrónica de consumo. En la actualidad, la provincia produce televisores, celulares, microondas, equipos de aire acondicionado y diversos productos tecnológicos, sustentada por una red de técnicos especializados y beneficios fiscales que la posicionan como uno de los polos fabriles más importantes del país.
Sin embargo, la mayoría de los componentes críticos —como los chips y circuitos integrados— continúan siendo importados, lo que limita la autonomía y el potencial innovador del sector. La llegada del proyecto de OpenAI podría revertir parcialmente esa dependencia, al generar una demanda sostenida de hardware avanzado, indispensable para el funcionamiento del megacentro de datos y su ecosistema tecnológico asociado.
Del ensamblaje a la producción avanzada
El desafío para Tierra del Fuego será avanzar del modelo de ensamblaje hacia la integración local de mayor complejidad. Hasta ahora, la producción se ha basado en kits importados que son ensamblados en la provincia, pero el nuevo contexto global exige procesos de diseño, ingeniería y manufactura de mayor valor agregado.
La magnitud de la inversión y la proyección de consumo energético y computacional del centro de datos de OpenAI podrían servir de anclaje económico y estratégico para iniciar esa transformación. En una primera etapa, el polo fueguino podría especializarse en la integración de componentes electrónicos intermedios, como placas, sistemas de refrigeración inteligente o módulos de procesamiento local, y en una fase posterior, en la fabricación de chips personalizados para aplicaciones de inteligencia artificial.
Ventajas estratégicas del sur argentino
La elección de la Patagonia —y especialmente de Tierra del Fuego— no es casual. La región ofrece energía limpia y abundante, condiciones climáticas frías que reducen los costos de refrigeración de servidores, y una ubicación geográfica favorable para el desarrollo de operaciones tecnológicas a gran escala.
Además, la provincia cuenta con infraestructura portuaria y logística en crecimiento, una mano de obra altamente calificada en procesos electrónicos y un marco impositivo atractivo dentro del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI). Estos factores podrían convertirla en un punto clave para la expansión del ecosistema de inteligencia artificial y manufactura avanzada en el país.
Un polo tecnológico con proyección regional
Si Tierra del Fuego logra desarrollar capacidades para fabricar, aunque sea en una escala inicial, componentes electrónicos o semiconductores intermedios, podría convertirse en proveedora regional de insumos críticos para el megacentro de datos y para futuras plantas tecnológicas en el Cono Sur.
Este salto permitiría reducir la dependencia de las cadenas globales de suministro, fortalecer la soberanía tecnológica argentina y abrir una nueva etapa en la industria fueguina, históricamente vinculada al ensamblaje de productos de consumo masivo.
El desafío será atraer inversiones complementarias, establecer alianzas con universidades e institutos de investigación, y formar recursos humanos en áreas estratégicas como nanotecnología, diseño electrónico, ciberseguridad e inteligencia artificial aplicada a la industria.
El futuro industrial del sur
Con el avance del proyecto Stargate Argentina, Tierra del Fuego podría dejar atrás su rol tradicional como ensambladora para transformarse en un polo tecnológico con capacidad de innovación y desarrollo propio.
El impacto económico sería profundo: nuevas fuentes de empleo calificado, aumento de exportaciones tecnológicas, integración en cadenas globales de valor y, sobre todo, el posicionamiento del sur argentino como referente regional en producción de hardware para inteligencia artificial.
El desafío ya no es solo producir aparatos, sino crear tecnología. Y Tierra del Fuego, con su historia industrial, su capital humano y su régimen promocional, parece tener las condiciones para dar ese salto histórico hacia la era de los semiconductores.