Crecen los conflictos familiares en Río Grande y los juzgados no dan abasto
Los conflictos familiares en Río Grande se multiplican y generan una gran presión sobre el sistema judicial. Los dos juzgados de familia existentes en la ciudad atraviesan una situación crítica debido a la alta cantidad de causas que deben atender. Así lo explicó el abogado Martín Luft, quien alertó sobre la complejidad de las problemáticas que enfrentan muchas familias actualmente.
Según Luft, la disolución de las parejas suele derivar en enfrentamientos legales que, en muchos casos, terminan afectando directamente a los hijos. “Las disputas no siempre giran en torno al cuidado de los chicos. A veces, se trata de cuestiones económicas, donde se retiene dinero para evitar que el otro progenitor lo destine a los hijos”, señaló el abogado.
Este tipo de conflictos, asegura, no son exclusivos de Tierra del Fuego. “En todo el país, cuando una familia se separa, hay desacuerdos sobre la distribución de las responsabilidades y los recursos. Es un terreno complicado que requiere mucha intervención judicial”, remarcó.
Uno de los puntos que más enfrentamientos genera es la manutención. Luft explicó que el progenitor no conviviente muchas veces desea mantener el vínculo con sus hijos, pero puede mostrar resistencia a cumplir con los aportes económicos necesarios. “Quieren participar, pero también cuestionan lo que deben pagar, sin tener en cuenta las verdaderas necesidades del menor”, comentó.
En este escenario, la mediación puede ser una herramienta útil. “En algunos casos, las partes llegan con voluntad de diálogo y se logra un acuerdo. Pero no siempre es así. Hay situaciones en las que la conflictividad es tan grande que se necesita la intervención de un juez”, indicó Luft.
Otro factor que agrava esta situación es el contexto económico del país. “Hay padres que realmente enfrentan dificultades laborales, tienen otros hijos o problemas financieros. Sin embargo, desde lo legal se espera que igual busquen la manera de cumplir con sus obligaciones, aunque eso sea cada vez más difícil en la Argentina actual”, subrayó.
El desborde en los juzgados de familia no solo genera demoras en los procesos judiciales, sino que termina afectando principalmente a los más vulnerables: los niños. Ellos son, en muchos casos, los que quedan atrapados en el medio de disputas que no son suyas, pero que los marcan profundamente.
