
Continúa la incertidumbre para el personal del centro infantil integrado de Río Grande
La parálisis en las obras de refacción del Centro Infantil Integrado de Río Grande mantiene al personal en una situación crítica y sin certezas sobre su futuro laboral. A más de dos años del cierre del edificio por problemas edilicios, la promesa de modernizar las instalaciones aún no se materializa, mientras los trabajadores son reubicados sin funciones definidas.
El cierre de este espacio ocurrió en septiembre de 2023, luego de que el personal denunciara las condiciones de deterioro que ponían en riesgo tanto a los niños como al propio equipo. En respuesta, el gobierno provincial anunció una renovación completa del edificio, destinando más de 189 millones de pesos y fijando un plazo de seis meses para finalizar los trabajos. La reapertura, que debía concretarse en marzo de 2024, sigue siendo una promesa sin cumplir.
Actualmente, los empleados se encuentran cumpliendo horario en otras dependencias, pero sin tareas concretas. Una de las trabajadoras expresó: “Nos mandan de un lugar a otro, pero no estamos haciendo nuestro trabajo real, que es con los chicos. Nos sentimos desplazados y sin rumbo”.
Entre las causas de los retrasos se mencionan errores de diseño que provocaron conflictos entre la empresa constructora y el gobierno provincial. Uno de los inconvenientes más llamativos fue la instalación de ventanas fijas en las salas, lo que obligó a rehacer parte del trabajo. “Una sala para niños necesita ventilación. Si ninguna ventana se abre, es un riesgo para todos”, afirmó una de las empleadas, quien además indicó que ese error provocó nuevos gastos y una renegociación del contrato de obra.
Frente a este escenario, el Ejecutivo decidió reubicar recientemente al personal como una medida de contingencia, aunque sin definir nuevas funciones ni establecer plazos concretos de retorno. Esta falta de planificación no solo complica la situación de los trabajadores, sino que también genera preocupación en la comunidad sobre el uso y el control de los fondos públicos asignados.
La obra inconclusa del Centro Infantil Integrado representa mucho más que una demora administrativa: expone la fragilidad de las promesas oficiales y la ausencia de un seguimiento transparente en proyectos que impactan directamente en los derechos de la niñez y del personal educativo.