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Alerta en el sector energético fueguino: Roch no continuará con sus operaciones más allá de 2026

Tierra del Fuego atraviesa un momento clave en su panorama energético tras conocerse que la petrolera Roch no pidió la extensión de sus concesiones, cuyo vencimiento está fijado para agosto de 2026. La falta de renovación dentro del plazo establecido por la normativa vigente (al menos un año antes del vencimiento) activa el proceso de reversión de las áreas al Estado provincial, generando inquietud en distintos sectores.

Las áreas involucradas en esta salida son Río Cullen, Las Violetas y Angostura, tres bloques estratégicos ubicados en la cuenca Austral, donde actualmente se extraen gas natural y petróleo. Estas superficies suman casi 2.000 kilómetros cuadrados y han sido operadas por Roch durante más de 20 años.

La noticia, confirmada por el Ministerio de Energía de la provincia, se da en un contexto de incertidumbre generalizada, ya que también se encuentra en marcha el retiro de YPF de sus activos en la isla. Esta última está transfiriendo sus áreas a la empresa estatal Terra Ignis Energía S.A., como parte de un proceso de reorganización interna.

Desde los sindicatos del sector advierten sobre el posible impacto en los puestos laborales, tanto directos como indirectos. También crece la preocupación sobre quién se hará cargo de las tareas obligatorias que deben cumplirse al finalizar una concesión: cierre y sellado de pozos, remediación ambiental y saneamiento de pasivos.

Roch enfrenta además una delicada situación financiera: en 2024 reestructuró deuda, redujo inversiones en mantenimiento y exploración, y mantiene obligaciones fiscales pendientes con el Estado fueguino. Su principal accionista es Ricardo Omar Chacra, figura central en la conducción de la firma.

Para muchos, esta decisión deja al descubierto la vulnerabilidad de la matriz energética provincial, aún muy dependiente de pocas empresas operadoras. Frente a esto, Terra Ignis podría asumir un papel protagónico en la administración de las áreas revertidas, en asociación con firmas privadas que garanticen continuidad productiva, protección del ambiente y preservación de las fuentes de trabajo.

Finalmente, desde sectores políticos y económicos locales se plantea la necesidad de evitar una caída en la recaudación por regalías hidrocarburíferas, fundamentales para sostener compromisos como el pago del Bono TFU 2027, cuya deuda fue reprogramada con vencimiento extendido hasta 2030.

La salida de Roch marca otro capítulo en el proceso de transformación energética de Tierra del Fuego, que exige ahora decisiones estratégicas para sostener la actividad sin comprometer el desarrollo ni el equilibrio ambiental.

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